Portada del microbioma

“Eres más microbio que humano.”
Suena a exageración, pero no lo es. Por cada célula humana en tu cuerpo, hay al menos una célula microbiana. En total, unos 100 billones de microorganismos viven dentro de ti, principalmente en tu intestino. A este ecosistema lo conocemos como microbioma.

¿Qué es exactamente el microbioma?

El microbioma intestinal es una comunidad de bacterias, virus, hongos y otros microbios que habitan en tu sistema digestivo. Pero no están ahí solo de paso: ayudan a digerir alimentos, producir vitaminas, entrenar tu sistema inmunológico, e incluso a modular tu estado de ánimo.

¿Influye en cómo te sientes o piensas?

Sí. Cada vez más estudios muestran una conexión directa entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Algunos microbios producen neurotransmisores como la serotonina, involucrada en la regulación emocional. De hecho, se estima que más del 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino.

También se ha observado que desequilibrios en el microbioma (disbiosis) pueden estar relacionados con ansiedad, depresión, e incluso trastornos del espectro autista.

¿Puede afectar tu personalidad?

Aunque parezca ciencia ficción, hay estudios en animales que muestran que cambiar su microbioma altera su comportamiento. En humanos, aún falta evidencia sólida, pero ya hay correlaciones entre ciertos perfiles bacterianos y rasgos como la extroversión, la curiosidad o la resiliencia al estrés.

¿Y cómo se cuida un microbioma sano?

Aquí van algunas recomendaciones con respaldo científico:

  • Comer más fibra (frutas, verduras, legumbres).
  • Incluir alimentos fermentados (yogur, kéfir, kimchi).
  • Evitar antibióticos innecesarios.
  • Reducir el consumo de ultraprocesados y azúcares añadidos.
  • Pasar tiempo en contacto con la naturaleza (¡sí, ensuciarse ayuda!).

El otro “yo”

Pensamos en nosotros como una entidad individual. Pero si lo ves desde la biología, somos un ecosistema ambulante. Un colectivo. Un “yo” que en realidad es una colonia en simbiosis. Y entender eso, quizás, es una de las ideas más humildes y poderosas que la ciencia nos ofrece hoy.


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